jueves, 10 de julio de 2014

Cuentos indefensos de Ricardo Mercado Luna

Título: Cuentos indefensos
Autor: Ricardo Mercado Luna“
Editorial: Lampalagua Ediciones

Con lenguaje preciso y a la vez poético, Ricardo Mercado Luna aborda desde la ficción parte de las cuestiones que se presentan como recurrentes en su obra.
Los escenarios elegidos son La Rioja  en sus versiones urbana y rural– y algunas de las cárceles y situaciones de encierro por las que pasó el autor en la década del setenta.
Quince cuentos, la mayoría inéditos, integran este libro póstumo, que el propio Mercado Luna se encargó de titular.
Ellos son: “De cuentos y de anhelos”, “La lampalagua“, “Aquel lejano saco beige“, “¿Supiste lo de Juan Carlos?“ (en torno al asesinato del abogado Juan Carlos Degui, con quien el autor compartió prisión en tiempos de la dictadura de Videla) , “El arreo“,  “Domiciliaria (Mirando los techos de las casas vecinas) “, “Rodán era un perro“, “Seriedad“, “Peluquería de doble tarifa“, “ Medicus”, “¡Pobres perros!“, “Hay barro y espinas en el fondo“, “Perros salvajes“, “Filemón Gómez, ¿existe?” y “La soledad de Francisco”.

La profesora Ana Lía Martín de Fuenzalida, en su pormenorizado análisis del contenido de estos relatos, encuentra que más allá de la justificación dada por el autor a su hija en oportunidad de entregarle estos cuentos, la indefensión es una constante en esta obra y “radica en la esencia de los cuentos, en su temática y en sus personajes. Indefenso está el escribiente que anhela crear un cuento; indefensa la lampalagua ante el ataque humano, e indefenso el humano ante devastadoras experiencias, indefenso un perro ante la insensibilidad del amo, e indefenso el amo ante la ignorante incomprensión de quien debería comprenderlo;  indefensos los pacientes, los ancianos, los contribuyentes ante una sociedad deshumanizada; indefensas las pretendidas bestias del arreo, indefenso Juan Carlos, indefenso Ricardo sumido en la noche oscura…”

Temas como la soledad, el tiempo, la prisión, los atropellos,  la vida de la gente sencilla de los pueblos riojanos, la vejez  y la burocracia, entre otros, buscan manifestarse a través de diversos registros narrativos, que van desde la gravedad absoluta a la ironía o el humor,  y logran plasmar diversos estados emocionales: culpa, fobia, indignación, angustia, ternura, dolor...  o la simple contemplación de espacios y de personajes inolvidables.


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